Wednesday 31 October 2007

あなたを愛してる

Hoy es un día que recuerda un día especial aunque sea parte del pasado, y forma parte de muchos, muchos días especiales para mí. Porque las fechas son sólo fechas, o al menos eso dicen.


Gracias por estos cinco años, mi amor. Gracias por quererme tal cual soy .Porque tú eres el único que sabe todas mis máscaras,ante el único que todas mis personalidades confluyen y logran unificarse. Sabes que en el fondo me gusta que todas mis barreras desaparezcan,porque sé que puedo confiar en que no dañarás a este ser débil que en realidad soy.

Pero, lo más importante, gracias por ser tú y permitirme quererte.

Te amo: aunque sean sólo palabras, puedo decir que las digo con toda la convicción que tengo.

Sé que dicen que las cosas no duran para siempre. Quizás no lo hagan. Pero por ahora, deseo seguir soñando contigo.


(sí, soy mamona y macabea, ¿y qué?)

Sunday 28 October 2007

Emilie Autumn

Hoy me voy a permitir simplemente presentar parte de mis gustos... y sí, me encantaría que alguien se diese el tiempo de leer y escuchar.

Esta mujer es Emilie Autumn, violinista, cantante, estadounidense... y, esencialmente,un espectaculo viviente, parafernálica y extravagante. Debo aceptar que cuando primero la vi me desagradó porque la encontre "posera". Y todavía no me acostumbro demasiado a su imágen.
Pero al poco rato, cuando comencé a escucharsu música, quede encantada. Ésta va desde electrónica, pasando por baladas en piano,a unos solos de violín un tanto retorcidos. Y su forma de expresarse es descarnada:nunca había escuchado a una mujer capaz de poner tanta rabia en su voz, de modificarla tanto y de trastocar temas clichés en rebeldía.

Esta canción fue la primera que le escuché, y la que consiguió que me diese el tiempo de seguir investigando acerca de ella.

Soy tu ofeliaca.
He estado tan desilusionada.
Sabía que me aceptarías de vuelta, pero aún así fingí confusión.
No podía ser tu amiga: mi mundo era demasiado inestable.

Puede ser que vieses el final,
pero nunca fuiste capaz de mantenerme respirando
mientras el agua sube de nuevo, mientras soy llevada lejos.

Sabes los juegos a los que juego,
y las palabras que digo cuando me quiero salir con la mia.
Sabes las mentiras que digo cuando has pasado las penas del infierno
y digo que no me puedo quedar.

Sabes lo difícil que puede serseguir creyendo en mí
cuando todo y todos se han convertido en mi enemigo.
Y, cuando no haya nada más que puedas hacer,te culparé a ti.
No es la forma en la que quiero ser...
sólo espero que al final veas: es lo ofeliaco en mí.

Soy tu ofeliaca.
Mis medias prueban mi virtud.
Estoy dispuesta al ataque, pero no te quiero herir.
Si acaso nado o me hundo...eso ya no es problema tuyo.

¿Cómo pudiste llegar a creerque tenías el poder
de saber cómo mantenerme respirando
mientras el agua sube de nuevo, mientras soy llevada lejos?

Los estudios muestran: que las niñas inteligentes están más deprimidas.
Porque saben cómo es realmente el mundo.
No pienses ni por un momento
que mejora las cosas cuando la sientas y le dices que todo estará bien.
Ella sabe que en la sociedades un demonio o un ángel: sin intermedios.
Ella habla en tercera personapara poder olvidar que soy yo.

"Duda que las estrellas son de fuego,
duda que el sol se mueve;
duda que en la verdad no cabe engaño,
mas nunca dudes que te amo"

Aunque en la canción se hable de Ofelia, me parece más bien una ironía. Después de todo,el que mostraba la conducta herrática era Hamlet (aunque él estuviese actuando) y no ella, quien, sin embargo, quedará perpetrada como un modelo de locura. Creo que por eso incluye una parte de una carta que le envía Hamlet, pero que, extrañamente, calza perfectamentecon la actitud del resto de la canción.
Como dato aporte, ella hizo la música para el capítulo 10 de Metalocalypse.

Y, por si a alguien le interesa escucharla tocando el violín: http://www.youtube.com/watch?v=gs8IYnhVta4 (sí, eso es violín).

Tuesday 2 October 2007

Desvaríos

Generalmente soy bastante insensible frente a lo que leo. Hay pocos textos que toquen alguna fibra especial en mí. Pero he aquí uno que paradójicamente vine a encontrar en un libro de una autora que siempre me pareció un tanto superficial.

Mientras lo decía en voz alta, en mitad de la frase comprendí que ni siquiera al morir encontraríamos respuesta, probablemente, al porqué de nuestra existencia. Incluso el ateo declarado piensa que en la muerte hallará una respuesta: o bien encontrará allí a Dios, o no habrá nada en absoluto.
—Pero lo que sucede —dije— es que en ese último trance no hacemos ningún descubrimiento. ¡Sencillamente, dejamos de existir! Pasamos a la no existencia sin averiguar absolutamente nada.
Vi el universo, una imagen del Sol, los planetas, las estrellas y una noche negra que se prolongaba eternamente. Y me puse a reír.
—¿Te das cuenta? ¡Nunca, ni siquiera cuando todo haya terminado, sabremos por qué diablos han sucedido las cosas como lo han hecho! —le grité a Nicolás, quien, recostado en el lecho, asentía mientras daba tientos a un botellón de vino—. Moriremos sin saber nada. Jamás conoceremos nada, y este vacío se prolongará indefinidamente. Y nosotros dejaremos de ser testigos de él; ni siquiera tendremos esa mínima capacidad para darle sentido en nuestras mentes. Estaremos muertos, muertos, muertos... ¡sin alcanzar jamás a saber!
Mientras decía estas palabras, dejé de reírme. De pie en la estancia, inmóvil, comprendí en toda su magnitud lo que mis labios estaban diciendo.
No había día del juicio, no había una explicación final, no había ningún momento luminoso en el cual todos los terribles errores cometidos fueran corregidos y todos los horrores fueran compensados.
Las brujas quemadas en la hoguera no serían vengadas jamás.
¡Nadie iba a decirnos nunca nada!
En aquel instante, no sólo lo comprendí así. ¡Lo vil
(...)
Lo contemplé todo, y, tras cada composición de colores, luces y sombras, vi siempre lo mismo: la muerte. Sólo que no era la muerte como la había concebido hasta entonces, sino la muerte como la veía ahora. Una muerte real, total, inevitable, irreversible y que no daba respuesta a nada.

Anne Rice- El Vampiro Lestat.

Hace algún tiempo alguien (¡ja! como si no fuera uno de los pocos que leen esto) me comentó que hacía falta mi parecer respecto al fragmento que dejé. Bueno, he aquí mi intento de poner en palabras lo que me agobia desde hace años de manera estúpida, opinión que sin embargo no ha hecho que me sienta mejor.

Antes que todo, mis disculpas (al que lea esto) por ser pésima al intentar "filosofear", y por la falta de erudición respecto a lo que voy a escribir. Sé que el tema ha sido tratado innumerables veces por distintos pensadores, pero no he tenido oportunidad de leerlos.

Por mucho tiempo tuve una idea romántica de la muerte. Me parecía un refugio apacible, un descanso en caso de que el sufrimiento o el mero sinsentido de la existencia me atrapasen.
Pero en algún punto intenté imaginar como se sentiría: esa negrura que siempre identificamos con la nada, el dejar de existir... y me di cuenta de que era incapaz de hacerlo. Tonta, era algo obvio. Sólo percibimos la no conciencia como intervalos entre instantes de sentir, como en un desmayo: es un corte, pero no podemos jamás recordar qué se sentía la inconciencia. Obviamente, porque no estábamos sintiendo.
La nada nos es totalmente ajena, al fin y al cabo somos un todo.

Lo que me parece aberrante es como aquel todo se transforma en nada al final de los días, como aquello que he sido, mi interioridad plena, no dejará jamás ninguna huella, se disolverá en la no existencia, destinada a sólo perpetuarse en la forma fragmentada de lo que fue su exteriorización, en las mentes de otros, las cuales también a su momento desaparecerán.

Sí, todo esto tiene un fuerte tinte egocéntrico. ¿Pero qué más se puede sentir? En el fondo, sólo aprehendemos la realidad desde nosotros, es desde nuestra percepción que todo cobra sentido, no podemos escapar de nuestros cuerpos y almas para observarlo todo desde fuera.
¿Y a dónde se irá entonces este mundo que sólo ha podido existir para mí a través de mí misma?
No puede ser de otra forma, entonces, que percibamos el mundo, y por lo tanto no me parece extraño (aunque quizás sí incorrecto), que no sea capaz de imaginar uno que no pueda ser aprehendido por mi conciencia. Y resulta absurdo siquiera intentarlo.

La idea de la muerte me aterra, y ya no tengo tapujos para decirlo. Es así que me aferro a la vida con todas mis fuerzas: el no ser me parece aberrante por no poder concebirlo a través de mis limitados sentidos que siempre son y no pueden aprehender a su contrario, aunque en el fondo no tenga importancia, porque en la muerte tampoco podré tener miedo: simplemente, no habrá nada, y yo no estaré ahí para sentirlo.

Pero este miedo no es suficiente para hacerme andar: me retiene y me impide a ratos continuar por un camino que sé que no va hacia ningún lugar, que parte y se detiene en sí mismo como un punto que finalmente se contrae hasta desparecer. Me da náuseas darme cuenta de que nunca habrá un sentido último a todo esto, veo la cara de la muerte en cada rincón y me lleno de miedo y se angustia. Pero ni siquiera esos sentimientos tienen sentido, todo lo que siento desaparecerá... y nuevamente caigo en el círculo vicioso de pensar demasiado.

Es probable que mi error y mi ineficiencia existencial radiquen en que soy incapaz, aún, de crearle un sentido a mi propia vida. Quizás eso era "forjarse el propio destino": aceptar el sinsentido, abrazarlo, y sin embargo contentarse con uno creado por el ego, más allá de todos los absolutos.

Sí, soy débil y patética, y no puedo aún enfrentarme a que no hay nada. Esto me horroriza, y por fin comprendo que esas instancias en que creo volverme loca (si es que no lo estoy un poco ya) son aquellas en que le doy un atisbo a aquel abismo y todo pierde coherencia.

Monday 1 October 2007

For you

¿Sabes?, a veces te recuerdo. Es extraño, tantos años, tantas millas, tanta vida...

A veces el viento me trae tu nombre, y a vecesen cualquier conversación reapareces .Sonrío para mis adentros y me invade tu memoria: un sabor dulce y profundo que me recuerda inocencia, frustraciones y niñez.

¿Qué es de ti ahora? Ya no eres quien solias ser,y menos lo soy yo. Han pasado los tiempos de juego y de creerse mayor para rogar y rogar no crecer, porque el mundo es frío, y el mundo hiere.
Te recuerdo, y ansío tenerte en mis brazos para consolarme y que me digas que todas las estupideces que hicimos aun nos pueden hacer reír, que el mundo no nos robó las sonrisas, que no hemos perdido todo...

Y lo mas triste no es habernos visto crecer, sino darme finalmente cuenta de que nunca realmente exististe...