Friday 27 July 2007

Recorded Butterflies

Mariposas grabadas en el crepúsculo.
Escápate del armario.
Los recuerdos son demasiado dulces, dolorosos.
Silenciosamente robándose la magia de mi vista.
Un sueño del que no se despierta. Sola.
Quédate conmigo esta noche
para que esta lágrima brille en el cielo
Quédate conmigo esta noche.
Las gotas de diamantes que lo bañan todo reflejan mis ojos
Lo entierro en mi jardín trasero,lo cubro con ramas y hojas.
La voz del dolor oculto inunda.
Avalanchas rosadas se desploman y sellan mis párpados.
Mi corazón permanece congelado.
Quédate conmigo esta noche.
La estrella que fluye se desliza en la caliente oscuridad.
Quédate conmigo esta noche.
La luz que recibo me trae recuerdos. Retenme.
Quédate conmigo esta noche.
Si es contigo no me importa ser golpeada por la lluvia


http://www.youtube.com/watch?v=-W_Z8hTPm9w
Canción de Olivia Lufkin.

Traducción hecha por mí, con bastantes imprecisiones.

Tuesday 10 July 2007

El constante despertar

Despertó a la nada de una habitación irreconocible, a un olor a humedad extraño,
a una vida que no le pertenecía.

Las impresiones del sueño seguían pegadas a su piel, las telarañas de la ilusión continuaban cegándola; el sueño era un velo mohoso impregnado en su respiración y en sus suspiros.

Con las articulaciones aún aturdidas y los dedos adormecidos intentó zafarse, controlarse, volver en sí. Ignorar el frío que le calaba los huesos,

Su identidad se dispersaba con la velocidad con la que el sueño se olvida, creía recordar un sentido, un existir prístino en otra parte, en otro tiempo...Y sintió náuseas; náuseas de ser y no ser, de identidades superpuestas, de vidas estrelladas contra las rocas... de perder el ancla en el universo.

Levantó la vista hacia su reflejo en el espejo y el malestar se acentuó. No reconocía su propia imagen, un cascarón vacío que la observaba, y que parecía esbozar una sonrisa de burla: “Vuelve a la mentira”. Le latían las sienes y su pecho se hinchó con el grito contenido. Sí, siempre el dolor aberrante de caer en su cuerpo, en la prisión de aquellos huesos y aquella piel y saber que no se puede resistir, y, sin embargo, continuar moviéndose, saber que se puede ser más, y permanecer amarrada al suelo…

Entonces ella, la otra, comenzó a tomar la apariencia más real, esa que lentamente iba reconociendo. Sus ojos se fijaron en ella con firmeza, traspasándola, rogándole comprender, y musitó aquellas palabras. Sí, eso finalmente tenía sentido, esa era ella, y le extendía la mano, la invitaba reencontrarse, a volver a la única realidad posible.

Se levantó con dificultad y caminó hacia el cristal, deteniéndose largamente a contemplar la imagen de esa Otra que a la vez era ella misma. Formó con sus dedos la silueta de la mano que se le presentaba en la fría superficie del espejo, y finalmente se decidió a tomarla. Su piel pareció disolverse en el frío, que ya no era más frío sino una mera convención de lo que debía sentir, y su cuerpo se sintió etéreo, flotante, y a la vez más vivo.
Se adentró en la neblina brillante del espejo, dejando sólo atrás un cuerpo inerte.